viernes, 15 de abril de 2011

Felicidad.

En esta vida, o pisas o te pisan. Eso está más que claro. Tienes que luchar contra viento y marea contra lo que te impida sonreír y disfrutar. Porque no sirve de nada vivir si no tienes una sonrisa en la boca, si no luchas, si no sigues adelante cuando tienes problemas. No. Debes ser fuerte y afrontar tus penas y sonreirle a los problemas, para que vean que no te afectan.No debes dejar que te afecten las cosas que suceden, porque si te afecta todo lo que pasa al final vas a acabar loca de tanto dolor. Y no, eso no puede ser así. Problema que se te pone delante, problema al que le sonríes y le muestras que puedes con él, que vas a seguir adelante quiera o no y que puedes ser feliz pase lo que pase. Porque tu felicidad no depende de los demás, sólo la adornan. Tu felicidad depende de ti, únicamente de ti. Si te propones ser feliz, lo conseguirás. No dejes que te influencien los demás, porque sólo debes hacerte caso a ti misma, sólo debes seguir adelante y si los demás son felices intentando arruinarte la vida, que sigan, no lo conseguirán porque tú te has propuesto ser feliz y seguir tu camino.
Y quizá esto deba aplicármelo yo y dejar de decirlo tanto, sonreír más y dejar de llorar, seguir adelante, no encerrarme, abrirme a cosas nuevas y todo lo demás. Pero hay veces que me resulta imposible. Pero acabo de prometerme a mi misma que lo haré, me he dicho que puedo hacerlo, que puedo sonreír, que puedo seguir adelante, que puedo proponerme ser feliz y conseguirlo. Porque sé que puedo, lo sé. Lo que pasa es que no me lo había propuesto. Y ahora lo he hecho. Poco a poco iré viendo lo fuerte que puedo llegar a ser, que puedo afrontar mis problemas y mis miedos yo sola, que no necesito tener mucha gente a mi lado para poder ser feliz, que mis metas deben aspirar mucho más alto de lo que aspiraban hasta ahora. Que me estaba desperdiciando con mis tonterías y ni me había dado cuenta. Que la vida es mejor que como la pintaba yo, lo veía todo de negro y no, no es todo negro. Sólo hay pequeñas cosas negras, lo demás es todo multicolor. Y yo me encaramaba a una de esas pequeñas cosas negras, me la ponía delante de los ojos a modo de máscara y no veía nada más. Pero ahora me he quitado esa molesta máscara y ya lo veo todo claro. No todo es bueno ni todo es malo. Hay un poco de cada. Pero hay que saber cuando algo es malo y cuando algo es bueno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario