La opción que te daba a escoger no era la que tú querías, podía notarlo en tu mirada, en tu sonrisa apagada y fingida, en que no me mirabas cuando me hablabas... Tú querías otra cosa, pero yo no te lo podía dar, así que preferí que te lo diera cualquier otra persona y así esa sonrisa que entonces fingías, fuera sincera y real.
No hay comentarios:
Publicar un comentario